Gideon MacInnes es un hombre lobo de las Tierras Altas de Escocia. Ama la belleza indomable de su hogar, pero huye a Nueva York para luchar contra su destino: convertirse en el macho dominante de su clan. En una tormenta de nieve, Gideon es atacado por unos lobos peligrosos que trabajan para un enemigo que nunca imaginó que existiera. Se tambalea, herido y medio muerto, hasta desplomarse ante la diminuta librería romántica de Carly Silver a quien, irónicamente, nunca se le ha dado bien relacionarse con los hombres.
Una mujer cariñosa en busca de una nueva mascota…
Pensando que es un perro, se lo lleva a casa y le cura las heridas pero, al despertarse, descubre a un hombre desnudo e irresistiblemente apuesto en su cama.
Atrapados en una violenta tormenta, Gideon descubre que ha encontrado a su pareja perfecta y Carly debe decidir entre convertirse en una mujer lobo, encargada de proteger a la humanidad de los habitantes de un malvado inframundo, o renunciar al primer hombre al que ama de verdad…
Leído:
Un buen libro. La verdad es que el momento de la aparición del lobo a la puerta me encantó.
Sinceramente, si estuviera en la piel de la protagonista creo que actuaría de una manera muy similar. Quien no se quedaría prendada de un pobre ``perrito´´ que necesita ayuda. Y claro, después te encuentras con que el lobo desaparece y en su lugar aparece ese hombre. Buff, seriáis capaces de dejarlo en la calle?
Me centro, me centro....jajaja. La historia en general me gustó bastante. Tiene todo lo que suele llamar mi atención: momentos románticos, algo de aventura y acción y unos cuantos momentos cómicos.
Tengo que confesar que un capítulo me lo salté, bueno, lo leí muy por encima. La razón de haber hecho esto es que tenía mucha curiosidad por saber como continuaba la relación de Carly y Gideon.
Yo se lo recomiendo a cualquiera que le apetezca pasar un buen rato. Y sí, tengo ganas de continuar con la historia.
Eli
Totalmente de acuerdo y yo hice lo mismo xd. Pero es que ese capítulo es un poco rollo porque es muy explicativo.
ResponderEliminarY ni de bromas dejaría al lobo ni hombre en la calle.