Leído: 19/11/13
Es una pena que este libro haya sido escrito por esta autora. El argumento es fabuloso: una pareja de ángeles enamorada aunque tristemente separada, que lucha para volver a encontrarse.
La protagonista, Maer-Aeng, deja desprotegida la ciudad de los ángeles para salvar a alguien que cree que está en apuros. Por ello es castigada a vagar por los mundos toda la eternidad hasta que encuentre un cuerpo en el que reencarnarse. Solo de esta forma podrá redimirse del daño hecho a sus hermanos y será aceptada nuevamente entre ellos.
Keilan, su amado, la espera durante siglos hasta que por fin se reencarna en una chica de Florencia. Decide entonces dejar sus alas voluntariamente para ir a buscarla. Se reencuentran dispuestos a pasar por fin su vida juntos; pero Grunontal, la mujer que corta los hilos de la vida de los humanos y que está encaprichada con Keilan, no está por la labor y amenaza a Keilan con la muerte de Maer-Aeng sino renuncia a ella... Keilan acepta pero es inútil porque Grunontal decide matarla igual y convertir a Keilan en estatua para toda la eternidad.
Al final otro ángel interviene proponiendo a Grunontal un trato, convertirá a Keilan en estatua y tendrá que volver a reencarnar a Maer-Aeng en un plazo de 600 años. Cuando ella lo necesite Keilan dejará de ser estatua y tendrá siete días para conseguir volver a conquistar a una Maer-Aeng que, reencarnada en el cuerpo de María, habrá olvidado quién es en verdad.
Como veis el argumento es flipante. ¡Me encantó! Y ahora viene el gran "PERO": ¡no me gusta nada como escribe Anabel Botella! Los diálogos son insípidos y muy forzados. La historia está tan mal llevada que muchas veces te pierdes y ya no sabes donde o con quienes están los protas, quién habla y qué están haciendo. Los giros de la historia son tan bruscos que te dejan desconcertada. El libro a pesar de tener un argumento "precioso" no te introduce en la historia, no la vives, no la sientes, no padeces con los personajes; quedas relevado a ser un mero espectador que poco más y tiene que hacer anotaciones para no perderse en la historia.
Sería fantástico que esta idea hubiera sido exprimida por una autora como Laura Gallego; eso sí, ¡siempre que por contrato Laura estuviese obligada a darnos un "vivieron felices para siempre"!
disculpa podrías enviármelo ...soi.maar@hotmail.com...lo espero con ansias besos y muchas gracias
ResponderEliminarHola Marlene, mira tu correo. Si no te llegó envíanos tu petición de nuevo a clubcorazonesolitarios@hotmail.es y te lo reenvío. Besos
Eliminar